Tras la pandemia, la guerra: América Latina y el Caribe de cara a los desafíos de la crisis

Aaron Gabanes, voluntario del proyecto SHARE en APRODEH por la Fundación APY, envía sus impresiones del desarrollo de la conferencia internacional sobre Justicia Social celebrada en en Lima, Perú.

Aaron Gabanes, voluntario del proyecto SHARE en APRODEH por la Fundación APY, envía sus impresiones del desarrollo de la conferencia internacional sobre Justicia Social celebrada en en Lima, Perú.

Tomando como punto de partida el trabajo realizado con la organización APRODEH en el marco del programa SHARE de EU Aid Volunteers en Perú, quisiéramos reflejar algunas impresiones recogidas durante la Conferencia Regional de la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social (LATINDADD) y la Red de Justicia Fiscal de América Latina y el Caribe (RJF-ALC), celebrada en Lima durante los días 8 y 9 de agosto de 2022 con el título “Tras la pandemia, la guerra: América Latina y El Caribe de cara a los desafíos de la crisis”.

Aaron Gabanes, voluntario del proyecto SHARE en APRODEH por la Fundación APY, envía sus impresiones del desarrollo de la conferencia internacional sobre Justicia Social celebrada en en Lima, Perú.
Fotografía: Aarón Gabanes. Conferencia Regional de la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social (LATINDADD) y la Red de Justicia Fiscal de América Latina y el Caribe (RJF-ALC)

Tras los años de mayor dureza e impacto como consecuencia de la pandemia COVID-19 durante 2020 y 2021, la invasión de Ucrania a manos de Rusia traerá consigo nuevos escenarios de tensión y de enfrentamiento geopolítico. En una manera repentina e impredecible en función de su variabilidad en el tiempo y en función de los acontecimientos que van desarrollándose en cada región ⸺o bien en el propio núcleo del conflicto donde esta guerra tiene lugar⸺, las consecuencias que de ello se derivan suponen ya un impacto a nivel global que afecta a la vida de personas y poblaciones enteras, incluyendo el devenir de estas.

De igual modo, nuevas crisis económicas, ambientales y, ⸺si cabe planteárselo⸺, de la existencia en sí misma, se asoman en un horizonte posible que, desde la otredad como principal seña de identidad, se esparce a través de aquellas antiguas fronteras y márgenes que en su día fueron trazados no por casualidad. Unos límites que hasta el momento parecían contener tensiones y conflictos a los que se dotaba de cierta normalización e incluso de sentido. La inobservancia cuando no la indiferencia de lo que sucede a nuestro alrededor no necesariamente se materializa en acciones más benevolentes hacia el prójimo. En ciertas sociedades comienza a sorprender el hecho de que, posicionarse desde dicho paradigma, no implica más la exoneración de transformarse en víctima, tal y como lo han venido siendo quienes se sitúan al otro lado de la frontera.

Tras esta breve introspección y reflexión personal, es nuestro deseo transmitir y difundir ciertos conocimientos generados por varios de los participantes, los cuales nos parecen sumamente relevantes bien sea desde un punto de vista académico, práctico, o incluso vivencial.

¿Cómo enfrentar las consecuencias de la pandemia, crisis climática y guerra sin recursos?

“América Latina es una de las regiones más vulnerables al cambio climático sin ser responsable directamente de este problema. Las mujeres son las primeras en perder sus trabajos y las que también más tardan en recuperarlos. La pandemia exacerba todas las fallas que ya venían dándose anteriormente.”

¿A qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de recursos? ¿Tienen que ver estos con lo económico, con el conocimiento, o con los recursos naturales? Si hacemos referencia a recursos económicos, ¿en qué consisten exactamente estos? ¿Obtenemos dichos fondos de la política tributaria o están más relacionados con la redistribución? ¿Debemos considerar el dinero como algo exógeno o más como una cuestión endógena? ¿Cómo funciona realmente la cuestión de la deuda externa?

“No es una cuestión de dinero, sino de poder. Respecto a la fuga de capitales, llama la atención el que el ochenta por ciento de capitales fugados de América Latina se encuentren en Estados Unidos y de que no se ejerza un control sobre ello. Por otra parte, si existe un grupo de acreedores como es el Club de París, ¿por qué no crear un grupo de deudores que pueda de alguna manera contrarrestar lo anterior? Sin una respuesta basada en los derechos humanos, se generarán nuevos problemas. Debería haber una institucionalización en el proceso de reestructuración. Desde la sociedad civil se pide que todos los países decidan y que no solamente lo haga el Club de París. Esto podría llevarse a cabo bajo el auspicio de Naciones Unidas mediante un marco claro, vinculante, justo, que sea tratado en un solo proceso, y que tanto los derechos humanos como las cuestiones de género y de medio ambiente estén en la base.”

La sociedad civil tiene un rol crucial, al igual que lo tienen los países del sur

Estamos en la guerra dentro del contexto financiero mundial… Jóvenes que se marchan a Estados Unidos desde Puerto Rico porque no hay trabajo. Aumento de la tasa de pobreza y de desempleo. Corrupción gubernamental y privilegios contributivos a empresas transnacionales. Aunque la Agenda 2030 es ambiciosa, el financiamiento de esta no lo es tanto.”

La deuda en América Latina es un factor estructural. Esta viene al alza desde hace tiempo, siendo la deuda de las empresas transnacionales mayor que la de los gobiernos. La deuda es utilizada para promover la inversión, generando la deuda soberana mecanismos de transmisión en la economía.

“Si hubiera un repositorio de datos fiscales, las agencias de rating o calificación no harían falta. La sociedad civil reclama una mayor transparencia. El nivel de la deuda se va a intensificar. Se debe restaurar la sostenibilidad de esta a través de un sistema independiente, vinculante y transparente. Muchos países no saben que están pagando sobrecargas. Hay una fragmentación internacional y la salida a estos problemas no es la austeridad”

En la actualidad, prácticamente todos los países del mundo están implementando medidas de austeridad. Medidas de implementación regresivas que suponen un fuerte impacto en los derechos humanos.

“Estas medidas son pactadas por tecnócratas y por el Fondo Monetario Internacional a puerta cerrada…Pero debería ser abierto… En parlamentos, en público, consensuándolo con sindicatos y con la sociedad civil. Estas medidas han de ser parte de un diálogo nacional, ya que afectan a la vida de millones de personas.

La imprescindibilidad de prestar atención a las verdaderas transformaciones económicas. División del trabajo y división económica del trabajo. Necesidad de reemplazar la dinámica de la economía y de la financiación. También de realizar reformas dentro de un marco que abarque un nivel macroeconómico y fiscal. Otorgar jurisdicción a Naciones Unidas para que pueda intervenir en este espacio. Cumplir con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los derechos humanos.

“Conexión y desconexión en la economía global. Hiperglobalización y dependencia. No se puede esperar a encontrar el momento adecuado. Hay una urgencia de actuar ahora. Este es el instante para caminar juntos hacia una misma meta. Este es el desafío”.

Justicia global y justicia climática. Inversión social. Incluir a las comunidades indígenas. Cambio social hacia el feminismo. Descolonización de la productividad laboral. Prioridades de las necesidades internas de cada país. Ingresos básicos universales. Relaciones igualitarias en cada sociedad.

“¿Cuál es el nexo entre feminismo y cambio climático? Niñas y mujeres representan el 70% de las personas pobres en el mundo. Mujeres explotadas, mal pagadas y desprotegidas. Justicia económica, climática y de género van todas unidas. ¿Qué crecimiento económico necesitan las mujeres y las niñas? ¿Cómo pensar en una economía inclusiva y feminista? Trabajo no remunerado, trabajo del hogar no reconocido en el producto interior bruto. Este no mide el desarrollo sostenible. Problemas estructurales vinculados a la desigualdad de género, los cuales son impedimentos para el crecimiento económico de un país. Largas jornadas de trabajo que influyen sobre la pobreza del tiempo que las mujeres viven en los procesos de las cadenas globales de cuidados. Niñas que no estudian ni trabajan. Trabajadoras del hogar que son vistas por el mercado como cuidadoras. Desigualdad de género insertada en un sistema estructural de desigualdades.”

La deuda desde la economía feminista. Puntos de partida diferentes entre hombres y mujeres. Los recortes presupuestarios acrecientan los roles reproductivos de las mujeres. Deuda y cuidado están conectados, con un impacto directo que afecta incluso a las relaciones familiares. La economía mainstream no está exenta del extractivismo de la mujer, manifestándose en la actualidad tanto en su función reproductiva como productiva. La economía feminista no es solamente un enfoque.

Aaron Gabanes, voluntario del proyecto SHARE en APRODEH por la Fundación APY, envía sus impresiones del desarrollo de la conferencia internacional sobre Justicia Social celebrada en  en Lima, Perú.
Fotografía: Aarón Gabanes. Grafiti pintado en una pared del barrio de Miraflores. Lima, Perú. 9 de agosto de 2022

“Las mujeres contraen deudas para vivir, no para producir. Se precisa de la implementación de un sistema nacional de cuidados, porque no habiendo este, muchas mujeres no solamente renuncian a la posibilidad de tener un empleo, sino que también renuncian a su propio tiempo. Comercialización de la imagen de la mujer… Hay una visión instrumental de las mujeres cuando se habla de recuperación económica desde los organismos internacionales. Deben revisarse estas propuestas de manera crítica y crear una economía centrada en las personas”

En el neocolonialismo, el impacto lo reciben las economías locales. Desregulación de derechos laborales. Lo que se ajusta son las economías de las personas. La misma noción de inclusión financiera se expande en un contexto postcrisis. Una política apoyada por el Banco Mundial, a la cual también se suma la banca privada. Los recursos financieros se consiguen a costa de los más desfavorecidos. Se busca incorporar a estos dentro de los circuitos financieros locales. Estas prácticas llevan a las poblaciones a una mayor vulnerabilidad.

“Con frecuencia, es desde la salud y la educación de donde se obtienen los recursos para hacer frente a la deuda. Conflicto capital-vida. La acumulación del capital prosigue y se complejiza. No tenemos una agenda clara sobre asuntos de seguridad… Espacios o territorios donde el Estado no tiene presencia… Defensores medioambientales asesinados, tala ilegal, trata de mujeres en contextos de extractivismo, amenaza a territorios indígenas y afrodescendientes, feminicidios. La guerra es en general, no solo de Ucrania. Es un conjunto de violencias. Ha cambiado el concepto de lo que significa crisis.”

Los comunes y el cuidado común como plataforma de vida. Colocar la vida como centro de la política. Feminismos indígenas se posicionan a cierta distancia de las visiones feministas occidentales. Ecofeminismo. Para nosotros el desarrollo va por otro camino. ¿Cómo ha sido este desarrollo para las mujeres? Un desarrollo que se ha venido mirando desde el lado productivo. El desarrollo de la liberalización.

“El mundo es frágil y vulnerable. Todo depende del cuidado colectivo de la vida. No es un manifiesto, es un tejido. Soberanía de las comunidades indígenas. Derecho de los pueblos no contactados a no interaccionar con otras culturas. El derecho al desarrollo comienza con un derecho de soberanía nacional y de autodeterminación de los pueblos que integra una visión articulada de los derechos humanos. Enfrentamiento de desigualdades estructurales. Abuso y despojo de territorios. Problemática de los pueblos y de los territorios amazónicos con los andinos. Personas que se desplazan a territorios amazónicos por pobreza o por falta de trabajo. Vamos creando un conjunto de resentimientos sociales cada vez mayores.”

Se plantea un tratado vinculante de Naciones Unidas a propósito del desarrollo. Un proyecto de universalidad de derechos en el que, la representación social imperante en torno a la identidad de los vulnerables sea sustituida por un concepto más amplio. Una significación que, entre otros aspectos, englobe lo económico, lo político, y lo ambiental.

“No se lucha contra la pobreza ni contra las desigualdades… Son políticas neoliberales. Monopolización y oligopolización se presentan como la única forma de ir hacia delante y, en todo ello, la segmentación en torno a los particularismos de las luchas sociales impide avanzar”

Reflexionar sobre el concepto de desarrollo para que sea un concepto de progreso. El desarrollo no es algo que solamente necesiten los países del sur, también el resto. Estos, aún más necesitan otros modelos. ¿Qué desarrollo queremos?


El proyecto SHARE (EU Aid Volunteers Support Humanitarian Action for Resilience and Empowerment) está promovido y ejecutado por un consorcio compuesto por 16 socios, de los cuales 3 organizaciones de envío de la UE (Francia, Italia y España), 11 organizaciones de acogida de terceros países (India, Indonesia, Ghana, Palestina, Marruecos, Bolivia, Perú y El Salvador) y 2 socios de la UE. Este proyecto está diseñado para apoyar a los socios no pertenecientes a la UE en su capacidad para preparar, gestionar y evaluar las intervenciones destinadas a apoyar a las comunidades locales en la recuperación de los desastres naturales o de origen humano y la creación de resiliencia.

SHARE, liderado por ASPEm, cuenta como socios en tre otros, con la Fundacion para la Cooperacion APY Solidaridad en Accion , la Asociación Pro Derechos Humanos – APRODEH , ADICE – Association pour le Développement des Initiatives Citoyennes et Européennes , Centro de Promocion de la Mujer Gregora Apaza , Dejavato Foundation , Fundación Munasim Kullakita (Quierete Hermanita) , Ghana Developing Communities Association LGB , Human Supporters Association H.S.A , Jeevan Rekha Parishad , Association Thissaghnasse pour la Culture et le Développement

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