El recién presentado Informe Análisis de Presupuestos Autonómicos 2025 de la Red de Coordinadoras de ONGD arroja luz sobre una realidad preocupante: la solidaridad española avanza a dos velocidades. Mientras la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) alcanza cifras absolutas históricas a nivel estatal, el análisis revela una profunda desigualdad territorial y un escenario de ‘policrisis‘ global. Frente al impulso del norte, regiones clave como Andalucía sufren un desmantelamiento progresivo de sus políticas de cooperación , ante la falta de voluntad política autonómica en un contexto internacional cada vez más hostil.
El Informe arroja una fotografía compleja de la solidaridad española. Si bien las cifras absolutas marcan un máximo histórico, un análisis crítico revela una realidad fracturada por la desigualdad territorial, la falta de voluntad política en regiones clave y un contexto internacional que amenaza los cimientos mismos de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).
El Informe no es solo un compendio de cifras contables; es un termómetro moral de las administraciones públicas en un momento histórico decisivo. Como señaló Patricia Sánchez (CAONGD) durante la presentación del informe el 14 de noviembre en el Parlamento Andaluz, vivimos «años graves en el mundo, marcados por guerras, genocidios y restricciones severas de derechos humanos». En este contexto, el presupuesto de cooperación deja de ser una partida técnica y debería convertirse en una herramienta institucional capaz de ofrecer una respuesta humanitaria y política ante la barbarie. Sin embargo, lo señalado en este y otros informes, muestra tristemente otro camino.

Coordinadoras de ONGD en el Parlamento Andaluz (14 de noviembre de 2025)
I. Un Entorno Global Hostil: El Cuestionamiento de la AOD
El informe sitúa el análisis presupuestario en un escenario internacional que define como «complejo y hostil» para las organizaciones de cooperación para el desarrollo. No se trata simplemente de una cuestión de fondos, sino de una batalla ideológica y geopolítica. El 2025, señalan está marcado por una «policrisis» donde se observa un cuestionamiento directo al trabajo de las ONGD- Y es que La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) está bajo asedio. Siguiendo el informe, no solo hemos visto un descenso global de la AOD del 7,1% en 2024, sino una ofensiva ideológica contra la misma. La cooperación se enfrenta al auge de la extrema derecha y a leyes restrictivas en países socios que buscan asfixiar a la sociedad civil.
Ante esto, las reflexiones de uno de los co-autores del informe, Carles Xavier López (Junta de Gobierno de la Coordinadora) durante la presentación del informe en el Parlamento cobran especial vigencia, pues la respuesta a la policrisis no puede ser tecnocrática, es urgente una «coordinación entre organizaciones de cooperación y organizaciones sociales para la defensa de los derechos humanos y del planeta», articulando una resistencia que vaya «desde lo local a lo global». Sin embargo, los datos presupuestarios revelan que algunas administraciones han decidido replegarse justo cuando más se las necesita.
En este contexto podemos referir, en base al informe, tres amenazas existenciales para la cooperación:
- El retroceso de los donantes tradicionales: Por primera vez en seis años, la AOD global descendió en 2024 un 7,1%; «De media, los países donantes destinaron un 0,33% de la Renta Nacional Bruta para AOD«. Hechos simbólicos y materiales, como el cierre abrupto de USAID, evidencian un repliegue de actores que tradicionalmente lideraban la ayuda.
- La ofensiva legislativa y política: El informe destaca casos como la «Ley de Agentes Externos» en El Salvador, diseñada para asfixiar financieramente a las organizaciones de la sociedad civil. Esto, sumado al fortalecimiento de la extrema derecha global, dibuja un mapa donde la cooperación se condiciona a intereses de seguridad o control migratorio, desvirtuando su fin humanitario.
- La impunidad en los conflictos: La continuación de la ocupación en Ucrania y el genocidio en Gaza ponen en tela de juicio la eficacia de los organismos internacionales, el multilateralismo (que parece continuar decayendo) y el respeto al Derecho Internacional Humanitario
En dicho marco, la cooperación descentralizada (la que realizan las Comunidades Autónomas) se presenta no solo como una herramienta técnica, sino como una trinchera política de resistencia para defender un modelo de solidaridad que el contexto global en policris intenta desmantelar.
A nivel estatal, la cifra de 334,4 millones de euros presupuestados por las CCAA para 2025 marca un máximo histórico absoluto. Sin embargo, un análisis crítico desvela la fragilidad de este dato: El aumento se sostiene casi exclusivamente por el empuje de Catalunya, Euskadi y Canarias. Además, la Tasa Anual de Variación (TAV) del presupuesto se ha desplomado. Hemos pasado de crecer al 14,33% (periodo 2020-2021) a un tímido 2,33% entre 2024 y 2025-; la inflación en los últimos años agudiza el estancamiento o retroceso real en la capacidad de destinar fondos a la AOD.
II. La Quimera del 0,7%
El objetivo del 0,7% d sigue siendo una utopía para la mayoría del territorio español, pero la brecha entre las comunidades «líderes» y las «rezagadas» es abismal.

En España el Panorama General nos muestra una media de esfuerzo presupuestario de todas las CCAA se ha estancado en el 0,12%, una cifra ridícula comparada con el compromiso adquirido. Ninguna comunidad alcanza el 0,7%, aunque Euskadi (0,35%) y Navarra (0,31%) se mantienen como las únicas que dignifican la estadística, situándose a medio camino. El Caso Andaluz es crítico. Su porcentaje de AOD sobre el presupuesto total ha caído del 0,14% en 2018 al 0,04% en 2025. Esto significa que Andalucía dedica una parte infinitesimal de sus recursos a la solidaridad global, situándose al nivel de comunidades con una trayectoria de cooperación históricamente nula, traicionando el espíritu de su propia legislación y planificación anterior.
III. Andalucía: La Crónica de un Desmantelamiento
El caso de Andalucía es el más alarmante del informe. Si comparamos con su mejor dato histórico (2009; 99.333.442,24 € de presupuesto destinado a AOD), Andalucía ha recortado más de 80,5 millones de euros en AOD. La comunidad ha pasado de ser un referente solidario a liderar el retroceso. Los datos del informe son demoledores: el presupuesto ha caído de 47,3 millones en 2018 a 18,8 millones en 2025 , pasando de representar un 0,14% del presupuesto total a un pírrico 0,04%. Patricia Sánchez lo califica como un «recorte encubierto». Es decir, aunque en términos absolutos el presupuesto pueda parecer crecer levemente por la inercia económica, la cooperación va desapareciendo.
La previsión para 2026 agrava este escenario: se estima una caída del 0,04% al 0,038% en Ayuda Oficial al Desarrollo. «Andalucía crece en PIB pero congela en cooperación, así que retrocede», señaló Sánchez. Este desmantelamiento no responde a una crisis de recursos —el presupuesto global de la Junta no deja de crecer— sino a una «falta de voluntad política». La infrafinanciación resultante no solo reduce proyectos, sino que «erosiona las intervenciones», impidiendo sostener respuestas ante conflictos que generan necesidades exponenciales.
IV. La Paradoja Local: Ayuntamientos que Suplen a la Junta de Andalucía
Un análisis comparativo de los Entes Locales (punto 6 del informe) revela una paradoja dolorosa para la administración autonómica andaluza: hay ayuntamientos y diputaciones que, con muchos menos recursos, hacen un esfuerzo relativo muy superior al de la Junta de Andalucía. Mientras el Gobierno andaluz dedica el 0,04% a cooperación, entidades locales de su propio territorio muestran un compromiso mayor:
- El Ayuntamiento de Córdoba destina el 0,31% (1,7 millones de euros). Es decir, el Ayuntamiento de Córdoba realiza un esfuerzo presupuestario relativo casi ocho veces mayor que el de la Junta de Andalucía.
- La Diputación de Sevilla destina el 0,27%.
- El Ayuntamiento de Sevilla destina el 0,16%
Al comparar la esfera local andaluza con la del resto del Estado, la brecha norte-sur reaparece. Aunque dignos, los esfuerzos locales andaluces quedan lejos de los «gigantes» de la cooperación municipalista
- La Diputación de Zaragoza alcanzó el 0,84% en 2024, superando el mítico objetivo del 0,7%.
- La Diputación Foral de Bizkaia destina un 0,44% (10,8 millones de euros).
- El Ayuntamiento de Barcelona, con un 0,31%, aporta en volumen 13,1 millones de euros, una cifra que por sí sola se acerca al presupuesto de toda la comunidad autónoma andaluza (18,8 millones).
Conclusión
El informe de 2025 confirma una «Europa a dos velocidades» dentro de España en materia de solidaridad. Mientras el norte (Euskadi, Navarra) y el arco mediterráneo norte (Catalunya, Valencia) sostienen e impulsan la cooperación, regiones como Andalucía y Madrid han abdicado de su responsabilidad global. El caso andaluz es especialmente grave por su involución histórica: ha pasado de ser un referente a convertirse en un lastre estadístico para el conjunto del Estado, alejándose cada vez más de una ciudadanía que, paradójicamente, sigue reclamando más solidaridad.
Como advirtió Patricia Sánchez durante la presentación del Informe, la paralización de la Educación para el Desarrollo es crítica. Esta herramienta es «necesaria para combatir olas reaccionarias en los discursos», tales como el antifeminismo, la antimigración o el racismo. Sin fondos para educar en valores globales, la sociedad se vuelve permeable a los discursos de odio. La exigencia de la sociedad civil es clara: «Recuperar el horizonte político en Ayuda Oficial al Desarrollo». Esto implica:
- Incidencia Política Real: Como apuntó Xavier López, debemos posicionar la cooperación como una política «significativa y relevante», no como una caridad residual.
- Coherencia Legislativa: Cumplir la Ley de Cooperación, los planes directores autonómicos y la Agenda 0,7.
- Frenar la Erosión: Detener la congelación de partidas que, en un contexto de inflación y crisis globales, supone condenar a la inoperancia a las organizaciones que defienden la vida en los lugares más vulnerables del planeta.
En definitiva, Andalucía y España se enfrentan en 2026 a una elección: o se recupera la coherencia entre el discurso y el presupuesto, o se consolida el desmantelamiento de un modelo de solidaridad que costó décadas construir.
