APY Solidaridad en Acción
APY Solidaridad en Acción
El Teatro actúa como un vehículo de cambio en determinados colectivos y personas. Desde una transformación del ser humano, ya que tiene la oportunidad de experimentar el escenario como medio de expresión, hasta la transformación de un grupo o colectivo que desea expresar una necesidad o visibilizar una realidad, para llegar así a ser el motor para una transformación social.
Para que esto sea posible el paradigma del Teatro Social nos ofrece una manera particular de entender el Teatro desde relaciones horizontales, fomentando lo colectivo frente a lo individual y partiendo de las necesidades del grupo. El Teatro Social es una fuente de conocimientos y prácticas que pretenden transformar una realidad social, aspectos íntimamente relacionados con la Educación para el Desarrollo.
Dentro de esta forma de hacer teatro, encontramos la metodología de Teatro del Oprimido, impulsada por Augusto Boal en la época de los 70, en Brasil, herencia de la Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire y de la Educación Popular.
A través de la participación y el diálogo, se buscan formas de abordar las dificultades o de encontrar alternativas transformadoras más justas y solidarias, mediante juegos de rol, intercambio de papeles y diversas técnicas dramáticas.
La expresión corporal, la gestión del conflicto, la experiencia comunicativa, la dimensión afectivo - relacional y el protagonismo del sujeto colectivo son algunas de sus señas de identidad. Hoy, el Teatro del Oprimido se ha extendido por numerosos países y su aplicación en el ámbito socio-educativo está obteniendo un gran éxito.
Estudiantes UNED, estudiantes universitarios en general, profesionales de la EpD y la Cooperación para el Desarrollo.
Marta Fernández es trabajadora social, educadora social y antropóloga, especialista en Género. Formada en artes escénicas y más concretamente en Teatro del Oprimido.
Desde 2019 trabaja para la Fundación APY-Solidaridad, desarrollando proyectos de Educación para el Desarrollo y Coeducación, como el proyecto KITCHEN, sobre la prevención de violencias machistas a través del Teatro Social, el cuál fue galardonado con un Premio Rosa Regás en 2020, que reconoce a los mejores recursos en materia de Coeducación en Andalucía.
En el curso 2020/21, desarrolló el Proyecto Lupa, sobre la visibilización de mujeres locales a través del Teatro Social y otras acciones artísticas. Actualmente trabaja en el Proyecto Megafonías, que es también un proyecto coeducativo desde el Teatro Social en la ESO y el Proyecto Mujeres Supervivientes, sobre la puesta en valor de relatos de mujeres supervivientes de violencia de género a través del uso de herramientas dramático- expresivas y de la realización de entrevistas.
En 2013 impulsa TEATRO DEL BUEN TRATO, entidad enfocada en las artes escénicas para la transformación social. Entre los proyectos que desarrolla cabe destacar las intervenciones de Coeducación a través del Teatro Social en más de 40 institutos andaluces.
Desde Teatro del Buen Trato, también imparte formaciones a profesionales y estudiantes del ámbito socioeducativo y de la intervención social.
También ha trabajado para el Instituto Andaluz de la Mujer, el Instituto Andaluz de la Juventud, Delegaciones de Igualdad de Sevilla y provincia y diferentes ONG como ACPP, Farmamundi, Mad África o El enjambre sin reina. Actualmente trabaja como antropóloga para el Ministerio de Igualdad en una investigación sobre Igualdad de Género y derechos culturales. Ha trabajado también en proyectos de cooperación internacional en Tetuán (Marruecos) y Calcuta (India).
El Teatro actúa como un vehículo de cambio en determinados colectivos y personas. Desde una transformación del ser humano, ya que tiene la oportunidad de experimentar el escenario como medio de expresión, hasta la transformación de un grupo o colectivo que desea expresar una necesidad o visibilizar una realidad, para llegar así a ser el motor para una transformación social.
Para que esto sea posible el paradigma del Teatro Social nos ofrece una manera particular de entender el Teatro desde relaciones horizontales, fomentando lo colectivo frente a lo individual y partiendo de las necesidades del grupo. El Teatro Social es una fuente de conocimientos y prácticas que pretenden transformar una realidad social, aspectos íntimamente relacionados con la Educación para el Desarrollo.
Dentro de esta forma de hacer teatro, encontramos la metodología de Teatro del Oprimido, impulsada por Augusto Boal en la época de los 70, en Brasil, herencia de la Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire y de la Educación Popular.
A través de la participación y el diálogo, se buscan formas de abordar las dificultades o de encontrar alternativas transformadoras más justas y solidarias, mediante juegos de rol, intercambio de papeles y diversas técnicas dramáticas. La expresión corporal, la gestión del conflicto, la experiencia comunicativa, la dimensión afectivo-relacional y el protagonismo del sujeto colectivo son algunas de sus señas de identidad. Hoy, el Teatro del Oprimido se ha extendido por numerosos países y su aplicación en el ámbito socio-educativo está obteniendo un gran éxito.
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